
La obesidad es un problema importante para la salud caracterizado por la acumulación excesiva de grasa corporal. Siempre que el equilibrio de energía sea positivo (se consumen más calorías de las que se gastan), se almacenará como grasa (también conocido como “tejido adiposo”). Es posible acumular tejido adiposo en cualquier zona del cuerpo, pero es precisamente la grasa visceral almacenada en la zona de la cintura la más dañina para la salud.
La grasa visceral ubicada cerca del hígado, el páncreas, los riñones y los intestinos actuará como un tipo de cuerpo extraño. Es interpretada por el sistema inmunitario del cuerpo como algo que no debería estar ahí. Es la causa más común de la diabetes de tipo 2, los cambios de las grasas en sangre y la hipertensión. Todas estas patologías suelen denominarse “Síndrome metabólico”, el cual es responsable de disminuir la cantidad y la calidad de la vida. Además, la obesidad visceral está también relacionada con la formación de cálculos en la vesícula biliar, el hígado graso, la apnea del sueño, los cambios en la memoria debido a la edad e incluso algunos tipos de cáncer. Estas afecciones pueden surgir también por otras razones, de modo que tratar la obesidad no necesariamente reduce o elimina el riesgo para la salud.
Existen numerosas herramientas para el diagnóstico y la medición de la obesidad visceral, incluidos los ultrasonidos y las tomografías computarizadas, entre otros. La medición más fácil de obtener es la circunferencia de la cintura. Hoy en día, la medida con la cinta métrica es incluso más importante para estimar el estado de salud de una persona que la báscula.
Para medir correctamente la circunferencia de la cintura, estando el individuo de pie, debe usarse el mayor perímetro entre la última costilla y la cresta del hueso ilíaco (la parte más alta de la cadera). Para los hombres, el promedio de cintura no debería superar las 37″ (94 cm). Para las mujeres, el máximo recomendado es de 31.5″ (80 cm). Si estos números son mayores de 40.2″ (102 cm) para los hombres y 35″ (88 cm) para las mujeres, existe un riesgo muy alto de desarrollar diabetes o enfermedades cardiovasculares.
Adoptar un estilo de vida saludable y activo es la forma más efectiva de tratar la obesidad visceral. Los profesionales de la nutrición y la salud recomiendan lo siguiente:
- Ejercicios aeróbicos y anaeróbicos regulares, incluidas caminatas, baile, natación y montar en bicicleta, con la mayor frecuencia posible.
- Un mayor consumo de proteínas de alto valor.
- Incluir fuentes saludables de fibra, vitaminas, minerales y fitonutrientes con propiedades antioxidantes en su dieta diaria. Los carbohidratos saludables, aquellos con un índice glicémico bajo, también son muy importantes.
- Evitar el exceso de calorías de azúcares simples, bebidas endulzadas con azúcar y alimentos grasientos.
- Finalmente, recordar que el control del estrés y el sueño adecuado son también importantes para combatir la obesidad visceral.
Mantén su bienestar y tu talla siguiendo estos consejos.