Realmente hay una fuerte conexión entre su cerebro y su tracto digestivo, y están en constante comunicación entre sí. Una increíble cantidad de información viaja entre su intestino y su cerebro, tanto es así, que el sistema nervioso que reside en su tracto digestivo a menudo se llama el «segundo cerebro» del cuerpo.
Los dos cerebros del cuerpo
La conexión entre su cerebro y el «segundo cerebro» en su tracto digestivo es algo que probablemente haya experimentado en forma de una «reacción intestinal». Conoces la sensación cuando recibes malas noticias o tienes una conversación difícil con alguien. Tu instinto te dice exactamente cómo te sientes. Cuando el estrés o la ansiedad golpean, su cerebro envía una señal a su intestino, y lo siguiente que sabe es que tiene un estómago revuelto.
Las señales también viajan en la otra dirección: del intestino al cerebro. Este sistema alerta al «primer cerebro» si ha comido algo que no debería tener, y también controla su nivel de hambre y su estado de ánimo. Cuando algo en su sistema digestivo no está del todo bien, se envía una alerta a su cerebro, a menudo antes de que note que algo anda mal.
Tu intestino y tu estado de ánimo
Está claro que ciertas emociones pueden desencadenar una respuesta digestiva, pero también se especula que lo contrario también puede ser cierto: las condiciones en su intestino pueden influir en cómo se siente.
Según Scientific American,la evidencia reciente indica que no solo nuestro cerebro es «consciente» de nuestros microbios intestinales, sino que estas bacterias pueden influir en nuestra percepción del mundo y alterar nuestro comportamiento.
No hay duda de que su cerebro y su intestino están bien conectados, por lo que tiene sentido que mantener su sistema digestivo en plena forma sea vital para su sensación de bienestar.
Cómo mejorar su salud digestiva
Los pasos que toma para mantenerse saludable son los mismos que también promueven la salud digestiva. Aquí hay algunos consejos para comenzar:
- Incluya mucha fibra de frutas y verduras coloridas y granos enteros en su dieta. Las fibras ayudan a promover la regularidad (¡lo que podría afectar su estado de ánimo!), y ciertas fibras también promueven el crecimiento de las bacterias «buenas» en su microbioma.
- Manténgase adecuadamente hidratado durante todo el día.
- Asegúrese de comer una fuente de probióticos. Los alimentos fermentados, como el yogur, las verduras en escabeche y el tempeh, proporcionan probióticos naturales que apoyan la salud inmunológica al desplazar a otras bacterias que potencialmente pueden enfermarlo.
- Haga que el ejercicio regular sea parte de su rutina.
Tomarse el tiempo para disfrutar de sus comidas también ayuda. Cuando disminuyes la velocidad, puedes comer menos alimentos y probablemente estarás menos estresado, lo que significa que enviarás señales a «ambos» cerebros. Cuando comes más lentamente, da tiempo para que tu intestino le diga a tu cerebro que estás lleno, y para que tu cerebro te diga que también estás más relajado.
